Son autores de los más grandes e importantes estrenos del verano. Mientras todos se van a la playa, Akram Khan, Rocío Molina, Marie Chouinard, Svletana Zakharova y Mourad Merzouki estarán presentando sus impactantes nuevas creaciones en los más destacados festivales de verano europeos
Textos: OMAR KHAN
Uno
Akram Khan
Xenos supone su despedida de los escenarios. Podrá verse en el Festival Grec, Montpellier Danse, Julidans, de Ámsterdam y el Festival de Edimburgo
Foto_JEAN LOUIS FERNÁNDEZ
Akram Khan (Londres, 1974) ha sido casi siempre un coreógrafo político. Sus piezas, de enorme belleza formal con esos ecos del folclore de La India, han girado en torno a asuntos sociales y culturales que, en su condición de británico hijo de inmigrantes, ha vivido de cerca. Así que el asunto de la identidad ha sido clave en toda su obra. Reconocido bailarín, es dueño de un cuerpo en el que convive la libertad del contemporáneo con el rigor y velocidad del kathak. Abrumado por la fama al instante de su compañía, gracias a éxitos tempranos (Kaash, Ma) separó al coreógrafo del bailarín. Creó obras para su agrupación en las que él no bailaba (Vertical Road, Until The Lions) y se reservó para sí duetos con acompañantes de lujo (Israel Galván, Sidi Larbi Cherkaoui, Sylvie Guillem) y espectaculares solos (Desh). Anuncia ahora que Xenos, su nuevo y último unipersonal, supone su (lamentable) despedida de los escenarios aunque no de la creación. La conmemoración de los 100 años del fin de la I Guerra Mundial ha sido inspirador para Khan, que aceptó la invitación de Tamara Rojo para montar Dust en el English National Ballet dentro del programa conmemorativo We Lest Forget, que fue preámbulo a la Giselle en un campo de refugiados que creó para el colectivo británico y que ahora, parece cerrar por su cuenta con Xenos (Extranjero), en la que relata desde su cuerpo la peripecia de un soldado colonial atrapado en el torbellino de la guerra, lo que le permite explorar temas recurrentes como el desarraigo, las fronteras, oriente y occidente, pasado y presente, mito y tecnología…
Xenos. Montpellier Danse (Ópera Berlioz, Francia, 26 y 27 de junio); Festival Grec (Mercat de les Flors, de Barcelona, 3 al 5 de julio); Julidans (Melkweg, Ámsterdam, del 13 al 15 de julio); Edinburgh International Festival (Escocia, del 16 al 18 de agosto).
Dos
Rocío Molina
Brilla en el cartel de los prestigiosos festivales de Avignon, en Francia, y Grec, de Barcelona, Grito pelao, la última creación de la artista malagueña
Foto_PABLO GUIDALI
Es verdad que todo el trabajo de Rocío Molina (Málaga, 1984) ha tenido casi siempre un importante componente muy personal indisociable de su obra, como corroboran las propuestas intensas y terriblemente bellas Cuando las piedras vuelan, Bosque ardora o Caída del cielo, pero quizá sea su nueva creación Grito pelao, que ha entrado en el encumbrado cartel del Festival de Avignon y recalará más tarde en el Festival Grec de Barcelona, su obra más comprometida consigo misma. Habla de su deseo de ser madre, de lo que ello significa siendo homosexual y lo que supone para una bailaora profesional. No estará sola en el escenario y ha citado para acompañarla a su propia madre, Lola Cruz, en lo que promete una confrontación vivencial con la maternidad y ha llamado además a la cantaora Silvia Pérez, por la que siente una admiración que es mutua. Apoyada en la dramaturgia del ya habitual Carlos Marquerie, Molina lleva –otra vez- el flamenco a los límites y por esa vía convierte Grito pelao en un verdadero exorcismo para sacudirse demonios, muy alejado del festivo jaleo del recital de flamenco tradicional. Para ella, Pérez, que también es madre, ha creado unos temas que evocan a Lorca, cuya Yerma termina conectada emocionalmente con Rocío Molina, probablemente una de las más innovadoras creadoras en el muy diversificado paisaje flamenco del momento, además de ser una bailaora única, hipnótica y feroz.
Grito pelao. Festival de Avignon (Francia), del 6 al 10 de julio. Festival Grec (Barcelona), 18 y 19 de julio, en el Teatre Grec.
Tres
Marie Chouinard
La creadora emblemática de la danza de Quebec estrenará Solos y Duetos en la Bienal de Venecia y el Festival Impulstanz, de Viena.
Foto_MICHAEL SLOBODIAN
A finales de los años setenta, Quebec no era ni de lejos el foco de ebullición artística que es hoy. Por aquellos tiempos, en solitario, lo único que había por allí era Marie Chouinard escandalizando audiencias con sus arriesgados y atrevidos solos (Sunday Morning, May 1955 o Pequeña danza sin nombre, entre ellos). Cuarenta años han pasado y desde luego, la creadora ha evolucionado en cuanto a lenguaje, intenciones y modos de hacer. Desde 1990 dirige la compañía que lleva su nombre y que se ha convertido en emblemática de la nueva danza quebequense, gracias a producciones muy exitosas como body_rEMIX/gOLDBERG_variations, El grito del mundo, La consagración de la primavera o su más reciente Hieronymus Bosch: El jardín de las delicias que, inspirado en la famosa pintura, llegará este verano al Festival Kuopio, de Finlandia. Pero será el estreno de Solos y Duetos el momento más relevante de este verano. Se trata de una mirada atrás, una especie de catálogo cronológico de inquietudes y preocupaciones que recoge en un único espectáculo sus antiguos solos y algunos duetos de sus obras colectivas más importantes, lo que supone una oportunidad única de acercarse a su particular universo creativo. La premier de este nuevo y al mismo tiempo viejo trabajo, ocurrirá en el marco de dos eventos que son muy especiales para ella: la Bienal de Danza de Venecia, de la que es su directora artística, y el Festival Impulstanz, de Viena, importante cita internacional que fue fundada, en 1988, por ella misma junto a los coreógrafos Wim Vandekeybus y Mark Tompkins.
Solos y Duetos. Marie Chouinard. Bienal de la Danza de Venecia (Italia), los días 23 y 24 de junio. También en Impulstanz (Viena), el mes de agosto.
Cuatro
Svletana Zakharova
El Festival Castell de Peralada ofrece en única función Amore, un espectáculo hecho a medida para la talentosa diva del Bolshói moscovita
Foto_VLADIMIR FRIEDKES
En estos tiempos de velocidad, redes sociales y fácil acceso al protagonismo, hay que admitir que el fenómeno de la afectada diva del ballet se ha visto aporreado. La existencia de la prima ballerina assoluta es cosa del pasado. No obstante, a su manera, el star system del ballet sigue vigente, solo que con modos y maneras más adecuados a nuestro tiempo, y es Rusia, cómo no, la que sigue muy reticente a renunciar. Si hay alguna bailarina que podría ser el equivalente a aquella, esa sería sin duda Svletana Zakharova (Lutsk, Ucrania, 1979), una intérprete de técnica excepcional, pies ligeros y perfecta línea, que tiene un insólito cúmulo de papeles protagonistas en el Bolshói y el Mariinsky, los dos colectivos más potentes de Rusia, pero también momentos estelares en la Ópera de París, el Met de Nueva York o La Scala de Milán. Como tantas de estas estrellas, Zakharova ha sentido necesidad de conectar con su tiempo y enarbolar un proyecto más personal. De estas necesidades surge la propuesta Amore, un espectáculo hecho a medida para su lucimiento, con bailarines invitados del Bolshói y la participación de tres coreógrafos que le han montado nuevas creaciones, destacando Patrick de Bana, ampliamente conocido en nuestro país como uno de los bailarines estrella de la CND en los tiempos de Nacho Duato, que ha montado para ella Rain Before It Falls. El programa, que tendrá única función en el Festival Castell de Peralada, se completa con Francesca da Rímini, de Yuri Possokov, y Strokes Through The Tail, de Marguerite Donlon.
Amore. Svelatana Zakharova. Festival Castell de Peralada (Cataluña). 13 de agosto.
Cinco
Mourad Merzouki
Su sofisticada pieza Folia, mezcla de hip hop y barroco, se verá en el Festival Castell de Peralada y en Lyon. Al tiempo, estrena Danser-Casa en Montpellier
Foto_YORIBAS
Si la cultura del hip-hop es un fenómeno típicamente norteamericano, el llamado hip-hop escénico probablemente tenga su origen en Francia. La fundación de Accrorap, en 1989, parece el punto de ignición del movimiento. Junto a Kader Attou, su director, estaba Mourad Merzouki (Lyon, 1973), un talentoso Bboy de batallas, que quiso canalizar sus inquietudes por lo escénico fundando la agrupación Käfig, en 1996. Les costó entender que el trasvase hacia el escenario necesitaba pasar obligatoriamente por la fusión pero tras numerosas experiencias fueron asimilando este precepto y hoy, ya aparecen eclécticamente consolidados. Atrás queda para Merzouki la fórmula despojada y puramente urbana de su famosa Aigwa (2008) como se verifica en su nueva creación, la sofisticada Folia, que se alza como el título más innovador del Festival Castell de Peralada este año. Música barroca y erudita se cruza con populares tarantelas y sonidos electrónicos en una propuesta híbrida donde el lenguaje del hip hop también difumina sus fronteras avanzando hacia un espectáculo de danza total en sintonía con nuestros tiempos. Casi al unísono, Merzouki se ha involucrado en Danser-Casa, un proyecto en homenaje a la ciudad de Casablanca que brillará en el Festival de Montpellier, y que le emociona, en principio, porque se trata de la piedra fundacional de una compañía con intérpretes marroquíes, lo que remueve sus raíces, y luego porque supone un reencuentro con su amigo Kader Attou, con el que no trabajaba desde sus tiempos de Accrorap.
Folia. Festival Castell de Peralada (Cataluña), el 18 de agosto y en el Festival Les Nuits de Fourvière, de Lyon (Francia), del 1 al 4 de junio. Danser-Casa, en el Festival de Montpellier (Francia), del 23 al 25 de junio.
