Zaragoza es un linóleo
Quince años hace que la danza se convierte en itinerario urbano por la capital aragonesa.
Texto_OMAR KHAN Foto_MANUEL BALLESTÍN
Trayectos, festival de danza en espacios urbanos, supone una invasión anual de danza en la ciudad de Zaragoza. Durante cuatro días, su creciente número de espectadores hace una peregrinación colectiva de un espacio a otro, un deambular de aquella plaza a la iglesia de San Bruno, una procesión festiva que para Natividad Buil, su directora, es como un ritual, “un acto de convivencia en la ciudad”. Reconoce que Trayectos no es un festival al uso y admite que ni siquiera se siente programadora. “Al final tampoco elegimos tantas piezas. Se trata de una programación hecha en colaboración, en red, donde convergen muchos proyectos. La red de festivales acieloabierto, de la que somos socios, elige en su catálogo anual buena parte de lo que va a venir. Eso nos procura una elección compartida”.
Lejos de querer ir sola y en exclusividad, Buil se ha preocupado en estos quince años de festival por crear alianzas y sinergías con la ciudad. Al final, más allá del festival estándar centrado exclusivamente en las representaciones, los estrenos o coproducciones, se trata de un evento de alguna manera sociológico, en el que las diversas comunidades y asociaciones, no solamente del arte o la danza, participan, lo sienten suyo y lo reclaman. La sección de Danza y Nuevos Medios, por citar, se hace en complicidad con el centro tecnológico Etopía, involucrando científicos. Este año desarrollarán un trabajo con drones de interior, profundizando en una reflexión sobre cuerpo-movimiento-tecnología.
Desde luego, lo artístico importa y la danza es el verdadero motor de Trayectos, que este año va del 28 de junio al 1 de julio. El momento crucial será el reconocimiento que se ha querido hacer a la figura de la pionera de la danza contemporánea nacional Carmen Werner, que ha tenido carta blanca de programación. El nuevo flamenco de Marco Flores (ver pág. 4), la poesía de Daniel Abreu, el humor de Los Moñekos, la fuerza de Manuel Liñán, la fisicalidad de La Intrusa Danza y las innovadoras aportaciones de creadores más jóvenes como Diego Sinniger o el colectivo Montón de Paja & Trigo, entre otros, forman parte de Trayectos 2018. Habrá también una reivindicación de la Verbena, con un guateque por supuesto bailado, cuya música ha sido propuesta por los mismos ciudadanos.
Echando la mirada atrás, Natividad Buil recuerda los referentes que tuvo para iniciar esta aventura, dos festivales hoy desaparecidos que, sin embargo, han encontrado continuidad en el suyo: el festival En Pe de Pedra, de Galicia, y Dies de Dansa, pionero en Barcelona. “Ha pasado tanto”, suspira. “Nada que ver del primer festival a éste, y todos los cambios y variaciones han venido de una manera natural, a veces por necesidad y no por decisión, como el trabajo en red que nos solucionaba parte del problema que teníamos para crecer y ser más fuertes con nuestros pocos recursos. Han sido cambios surgidos de manera orgánica y natural. Hoy es un festival muy cruzado, con muchas relaciones y conexiones”, concluye feliz.
Trayectos, danza en paisajes urbanos. Del 28 de junio a 1 de julio en distintos espacios públicos de la ciudad de Zaragoza. www.danzatrayectos.com
