Cuestión de tiempo
Estrena Poliana Lima su nueva creación, Aquí siempre, mañana en el Festival Dansa València, previa a sus funciones en Conde Duque de Madrid el día 11. Quisimos conocer sus motivaciones y esto es lo que nos ha contado…
Madrid, 8 de abril de 2019
Texto_OMAR KHAN Foto_JUAN CARLOS ARÉVALO
Cada pieza nace de una motivación específica, de una necesidad del momento, pero al mismo tiempo la joven bailarina y coreógrafa Poliana Lima está totalmente convencida de que entre todas sus obras, que por ahora no son muchas, hay un cordón invisible que las une y las ata, lo que ha terminado por definir su modo de hacer, su estilo, un lenguaje de danza cada vez más reconocible como suyo. Ella confiesa que hay dos aspectos relevantes y recurrentes de su investigación que le hacen tener esa sensación. Uno es conceptual y el otro formal. El primero tiene que ver con una necesidad de plasmar la verdad y la realidad en un estilo que sorbe del documental, aunque sabe de sobra que toda danza es ficción. Y el segundo se basa en la exploración de la repetición y la obstinación porque, asegura, “lo que se repite a sí mismo termina construyendo una identidad”.
La fuente de sus búsquedas mana de Atávico, que exploraba el espinoso asunto de la violencia, y fue con la que se hizo con el primer premio del Certamen Coreográfico de Madrid 2014 y desde donde ha ido modelando e hilvanando todas las demás: el solo Hueco, ya estrenado, que es una suerte de reflexión personal e íntima sobre el vacío existencial; Aquí siempre, un peculiar cuarteto femenino que dará el pistoletazo de arranque mañana 9 de abril al Festival Dansa València y que se presentará luego, del 11 al 13 de abril, en el Centro Conde Duque, de Madrid, donde es artista asociada, y Las cosas se mueven pero nunca pasa nada, que tendrá su estreno definitivo, tras algunos work in progress y experimentos, el próximo año en los madrileños Teatros del Canal con un elenco de diez bailarinas. “No son una trilogía pero siento que son hermanas”, asegura convencida.
Aunque parece que hay un orden cronológico, no es del todo cierto. Aquí siempre lleva dos años gestándose y es, con diferencia, la que ha resultado más larga y compleja. Sus protagonistas son cuatro bailarinas que, explícitamente, no tienen nada que ver la una con la otra. Ni en formación ni estilo, ni en tendencia, edad ni físico. Cuatro mujeres que le han permitido a Poliana Lima articular su discurso alrededor del paso del tiempo como tema central.
“Ha sido un proceso largo, con momentos de extrema dificultad, porque es difícil ser un autor sin ser autoritario. Lo relevante es la experiencia de estar aquí, juntarnos y hacer algo. Yo es que creo que la finalidad de la vida es la vida misma, así que mientras esté viva me dedico a hacer esto. Algo que para mí sí era fundamental es que fuera una experiencia en la que creciéramos todas, que fuese algo importante no solamente para mí como creadora sino también para ellas como intérpretes y para todas como personas. En este sentido, es importante desde donde lideras porque eso condicionará el resultado. Si generas competencia, habrá competencia, algo que quería evitar, y tampoco quería poner en valor a una sobre la otra, sino que todas tuvieran el mismo mérito en sus diferencias”.
Irene Ducaju, de apenas 17 años, Carla Diego, una bailarina de contemporáneo, de 32 años; Christine Cloux, de 52 años, que fue bailarina de ballet en otros tiempos, y Mona Belizán, de 67 años, que viene del experimento Las muchas, de la creadora Mariantònia Olivier, conforman el elenco ecléctico de Aquí siempre. “La pieza es una reflexión sobre el arco generacional. Hay cuatro mujeres que se encuentran de manera igualitaria en tiempo y espacio, con la conciencia de compartir ese momento. Coinciden pero son autónomas. Lo único que les une es la diversidad. Siendo bailarinas las cuatro, vienen de experiencias totalmente diferentes”.
Los primeros trabajos grupales de Poliana Lima están habitados por mujeres. Cuatro en Aquí siempre. Diez en Las cosas se mueven… pero no hay una necesidad de exploración de lo femenino aunque en sus creaciones haya alguna que otra postura feminista. “No tengo intención de hacer una declaración política. Aquí siempre fue ideada para cuatro mujeres no por feminista sino porque en realidad nunca se me ocurrió que podía ser interpretada por hombres. Las cosas se mueven… será para diez mujeres porque ocurrió así, no por otra razón. Presenté un adelanto de esta creación en el Festival Intacto, en una versión para ocho chicas, y la gente lo interpretó como una declaración política. Vieron a las bailarinas plantadas en el escenario sin desplazarse durante 45 minutos e hicieron una lectura política de ello. No lo busqué pero no me molesta que ocurra. Mi objetivo como artista radica en mi capacidad para ser una esponja que sorbe de la sociedad en la que vive, canalizar las inquietudes de mi tiempo”.
