TECHNO-ARMONÍA
Estrenó anoche Mette Ingvartsen (con más funciones hoy y mañana) su deslumbrante nueva creación Moving in Concert, dentro del ciclo Canal Connect, de Teatros del Canal. Allí estuvimos y esto nos ha parecido…
Texto_OMAR KHAN Foto_MARC DOMAGE
Madrid, 12 de marzo de 2021
El extinto festival In-presentable trajo, en 2009, a La casa encendida, de Madrid, la curiosa propuesta It’s in the air. En ella, dos bailarines se dedicaban a impulsarse desde camas elásticas hacia el cielo (se realizó en el patio del recinto) y dejó a la audiencia atónita mirando hacia arriba. Nadie lo sabía entonces pero los dos, cada uno por su lado, estaban llamados a convertirse en coreógrafos estrella de la vanguardia europea actual. Él, Jefta Van Dinther, es el chico de moda en la danza nórdica y ella, la danesa Mette Ingvartsen, que firmaba aquel trabajo, es hoy emblemática de la nueva danza en Bélgica, donde opera su compañía.
Sus ciclos largos sobre temas insospechados le han procurado gran reputación. Exploró, con honestidad y atrevimiento, el mundo de la sexualidad en su ciclo The Red Pieces (una de ellas, el solo 21 pronographies, la hizo volver a La casa encendida en 2019) y anteriormente, había investigado en las posibilidades coreográficas de objetos y artilugios no humanos, en el ciclo de cinco coreografías The Artificial Nature Series que, aunque concluyó en 2012, encuentra su eco en Moving in Concert, la nueva creación que ha estrenado anoche en Teatros del Canal, dentro de Canal Connect, ciclo sobre Arte, Ciencia y Tecnología, que se viene realizando esta semana en el recinto de la madrileña calle Cea Bermúdez.
En un primer momento, la pieza se presenta como una abstracción, en la que nueve bailarines completamente desnudos (eco a su vez de The Red Pieces) son portadores de tubos de neón blanco que nos hacen creer que toda la [prodigiosa] iluminación del espectáculo proviene de ellos. Se desarrolla de forma contemplativa, juegos de luces, sombras y cuerpos que se mueven armónicos por un espacio pulcro, blanco, inmaculado… no obstante, a medida que avanza se van encontrando conexiones y van surgiendo lecturas, algunas muy relevantes.
Gran parte de la representación consiste en crear figuras con esos neones que, sincronizados, van cambiando de color (y en consecuencia, modificando la atmósfera, estética y tono de la obra). Pero el esfuerzo coordinado de todo el grupo por formar estas figuras, les obliga a moverse de una determinada manera que termina generando un patrón coreográfico, que surge de la necesidad de dar protagonismo a los neones. Esta dinámica empuja a otra reflexión, que tiene ahora que ver con cómo la belleza y armonía en términos absolutos ha de surgir de una interrelación entre humanos y artificios tecnológicos, pero sin llegar a prescindir de la naturaleza (la rama de un árbol se comporta como si fuera uno de los tubos de luz).
Hasta ese pensamiento nos lleva hábilmente Mette Ingvartsen, en esta obra de engañosa apariencia contemplativa y plástica que, en gesto futurista, parece más bien querer hablarnos de la convivencia posible y necesaria entre lo intrínsecamente humano (van desnudos), lo puramente tecnológico (los neones) y la naturaleza (la rama) para conseguir equilibrio y armonía en este mundo. Muy edificante…
Más funciones en Canal hoy y mañana en horario covid de las 18h.