HAY QUE VER
Guillermo Weickert presentó en el Festival Dansa València ‘Parece nada’, deslumbrante unipersonal sobre la percepción. Fuimos a verle en Carme Teatre y esto nos pareció…
TEXTO_OMAR KHAN FOTO_JOSÉ JORDÁ
Parecer implica que no se tiene la certeza de lo que es. El parecer, que se origina en lo que creemos ver, se basa en la credibilidad y confianza que tenemos en nuestro ojo, en lo que percibimos y, a su vez, ello quizá viene matizado por el hecho de que muchas veces vemos solamente lo que queremos ver. Sobre esta noción de la percepción va Parece nada, el inquietante unipersonal que Guillermo Weickert presentó la semana pasada en la Sala Carme Teatre, durante la última jornada del Festival Dansa València el pasado domingo.
Sin despegarse nunca de la premisa que le mueve, el creador andaluz echa mano de ingeniosos recursos para explicarse, lo que convierte su propuesta en una experiencia sensorial inclasificable que se balancea entre el teatro, la oratoria, la performance, el audiovisual y la danza. Una danza tensa e intensa, llevada en no pocas ocasiones a verdaderos extremos de la resistencia física y la sobrexposición.
Obra sobre lo que vemos y cómo lo vemos, se cuida mucho de lo que nos ofrece para ver. El impecable trabajo de espacio escénico, iluminación y vídeo de Benito Jiménez se implica en el discurso, es parte fundamental de la propuesta, pero al mismo tiempo crea momentos de pura belleza formal.
Guillermo Weickert se desvela aquí como animal escénico. Impresiona la cantidad de recursos y registros que activa en todo su cuerpo, que a veces se ve y otras veces no tanto. Entra en trance, tiembla, baila, se agita y se queda sereno, se golpea y se maltrata. Declama, grita y susurra. Lo da todo. Se expone por completo con auténtica valentía. La dramaturgia, que como siempre en su obra, le da permiso para involucrarse personalmente, apunta por momentos hacia el retrato personal, por lo que aparece doblemente desnudo. Desviste su cuerpo como queriendo constatar qué es lo que vemos cuando le vemos, pero también se desnuda como persona y como artista en momentos conmovedores de su propuesta.
Larga es la trayectoria de Wickert, un veterano de la escena de la nueva danza andaluza que con este trabajo, de indudable madurez, quiere ir dando forma a una serie dedicada a los órganos de percepción.